Mili junto a su madre esperaba su turno en el dentista. La recepcionista les informó que debían aguardar una hora más. El doctor estaba retrasado.
La niña intentó activar su celular pero no tenía batería. Descuido imperdonable. Pidió el de su madre, pero la conectividad para juegos de ese móvil era bajísima.
—Lo único que tengo para que te entretengas es esto— le dijo la mujer, mostrándole un libro que sacó de su cartera.
La niña lo abrió y comenzó a leer.
Dicen que el dentista, al revisarla, vio asombrado brotar de entre sus dientes miles de palabras recién nacidas.
La niña intentó activar su celular pero no tenía batería. Descuido imperdonable. Pidió el de su madre, pero la conectividad para juegos de ese móvil era bajísima.
—Lo único que tengo para que te entretengas es esto— le dijo la mujer, mostrándole un libro que sacó de su cartera.
La niña lo abrió y comenzó a leer.
PILAR M. |
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